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Walter andres tejada™

Respeta las creencias religiosas de los démas

La tolerancia es una buena piedra angular sobre la cual construir las relaciones humanas. Cuando observamos la matanza y el sufrimiento que ha causado la intolerancia religiosa a lo largo de la historia humana y en los tiempos modernos, podemos darnos cuenta de que la intolerancia es una actividad muy contraria a la supervivencia.
Tolerancia religiosa no significa que no podamos expresar nuestras creencias. Sí significa que tratar de minar o atacar la fe y las creencias religiosas de otro siempre ha sido el camino más corto a las dificultades.
Desde la época de la antigua Grecia, los filósofos han discutido sobre la naturaleza de Dios, del hombre y del universo. Las opiniones de las autoridades van de un extremo a otro. En este momento están de moda las filosofías del “mecanicismo”42 y del “materialismo”43, que se remontan a la época de Egipto y Grecia; tratan de afirmar que todo es materia y pasan por alto que, incluso cuando sus explicaciones de la evolución pueden parecer muy claras, todavía no excluyenfactores adicionales que podrían estar en juego, y que simplemente podrían usar factores como la evolución.
En la actualidad, éstas son las filosofías “oficiales” y hasta se enseñan en las escuelas. Tienen fanáticos que atacan las creencias y las religiones de los demás:
el resultado puede ser la intolerancia y pleitos. Si todas las mentes más brillantes, a partir del siglo quinto a.C., o de siglos anteriores, no han podido ponerse de acuerdo en el tema de la religión o la anti-religión, se trata de una arena de combate entre las personas, de la que nos convendría quedar fuera.
En este mar de contiendas, ha emergido un brillante principio: el derecho a creer lo que uno elija.
La “fe” y las “creencias” no necesariamente se someten a la lógica: ni siquiera se puede declarar que son ilógicas. Podrían ser campos muy lejanos entre sí.
Cualquier consejo que pudieras dar a otro en este tema es más seguro cuando simplemente afirma el derecho a creer lo que uno elija. Tenemos la libertad de presentar nuestras creencias y tratar de que otros las acepten, pero es un riesgo tratar de atacar las creencias de otros, y es un riesgo mucho mayor atacar
y tratar de dañar a los demás por sus convicciones religiosas.
El hombre, desde los inicios de la especie, ha encontrado gran consuelo y gozo en sus religiones.
Hasta el “mecanicista” y el “materialista” de hoy en día, hablan casi como los sacerdotes de la antigüedad cuando diseminan sus dogmas.Los hombres que carecen de fe son bastante infelices. Se les puede dar algo en qué tener fe. Pero
si alguien tiene creencias religiosas, respétalas.

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